Absolutely Nothing






Vemos lo que otros quieren ver, somos lo que el resto quiere que seamos, pensamos lo que los demás piensan y vestimos de la misma forma que los que nos rodean.
Las diferencias no son bonitas ni apreciadas, la sinceridad es obviada, las miradas honestas son mitos y las sonrisas forzadas son nuestro estilo de vida. Tu nombre aparece en la lista de pesimistas al tener una opinión distinta y entonces, ese sentimiento de soledad se esconde en el ático de tus pensamientos y te empieza a engullir, se coloca en tu garganta y te asfixia poco a poco.
La frustración y ansiedad de no saber y no poder avanzar nos hace más dependientes de nuestros sentimientos y emociones; y en ese momento, la lista de pesimistas cambia el título al de dramáticos. Encontramos que llorar es nuestra única manera de canalizarlo todo y sentirnos un poco mejor, nos aferramos a elementos que nos transmiten tranquilidad y cercanía: un color, un cuadro, una película, un paisaje; y mientras continuamos cayendo lentamente por la madriguera de Alicia intentamos seguir con nuestra vida.
No llores, no me seas dramática, no pienses de esa forma, no te vistas así; básicamente, no seas tú. Pero al final todo se resume en una pregunta predeterminada en nuestro lenguaje, ¿qué te pasa? Y tú solo quieres responder: Absolutely Nothing.
